Estudios realizados por universidades internacionales han comprobado que los masajes son efectivos cuando son aplicados regularmente y, a nivel celular, estimulan el crecimiento de nuevas células en los músculos que reducen la inflamación.
Gracias a estos estudios se puede afirmar que los beneficios potenciales de los masajes podrían ser muy útiles para todas las personas activas o de la tercera edad, pacientes con afecciones crónicas inflamatorias y quienes padecen de lesiones musculo-esqueléticas.
Los masajes son capaces de aliviar el dolor y de hacer que la recuperación sea mejor y más rápida luego de que se hace ejercicio, por lo que no es extraño que los equipos deportivos cuenten con un masajista dentro de su staff regular.
Uno de los estudios se basó en realizar un análisis genético de biopsias musculares de los cuádriceps de once hombres luego de haber hecho ejercicios. Una de sus piernas recibió masajes y se hicieron biopsias de ambas piernas antes del ejercicio, 10 minutos después y a las dos horas y media de recuperación.
Estas pruebas demostraron que el masaje redujo la la presencia de problemas inflamatorios en las células de los músculos, y aumentó la producción de energía en las células.
